Octavio Paz
Neza , Tepis, La Ramos, Rosario, Tacubronx, Tlalteloco, Ecatepunk,
Iztapalacra a mi el barrio no me lo cuentas ñero, me decía “el Pitbull“ ,
mientras se fumaba un gallo y le daba un sorbo a su chela, y continuaba , desde las casitas de
crack donde fumas por varias semanas en círculo con puros vatos desconocidos , la
mona callejera con los valedores, hasta las fiestas clandestinas de Reggeaton y
Trap , donde te quitan los celulares y terminas hasta arriba, encuerado y en orgía con chavitas de 16.
Y a pesar de eso , que la mayoría de las veces naces ,creces y te quiebran
por acá, al barrio nunca acabas de conocerlo , siempre esta cambiando ,
transformándose, te da todo o te lo quita igual.
Yo deserté del ejercito, batallón de paracaidistas, a mi no
me cuentan nada carnal, aquí los
pesados no se andan exhibiendo, la raza que ladra no muerde ,es pura carne de
cañón, la pandilla siempre quiere andar en la lokera y el descontrol ,para
ellos no existe el futuro , la vida es hoy.
Estan los arremangados , apercherados o alterados que sueñan con ser sicarios,
los maras , cholos y chakas que empiezan desde muy abajo, la neta padrino bien
difícil que lleguen a los 25, es mucho vicio.
Al Pitbull lo conocí fugazmente en un viaje a Playa del
Carmen , allá trabajaba de taxista , se fue del DF porque decía que ya se
andaba portando muy mal y que mejor se movía antes de que algunos compas lo
torcieran.
Platicamos solo unos minutos, Chido la bandera se despidió , mientras unos morros se metían unas
rayas en el baño del table al que fui con unos “nuevos viejos“ amigos, ahí no había turistas europeos o
americanos , buscando el glam de la Riviera Maya y sus maravillosas
playas, o los restaurantes gourmet de cocina internacional que hay en la quinta , ni los complejos hoteles cinco estrellas, ahí solo habíamos banda local ,
la mafia en turno o el cartel y chicas curvilineas haciendo su mejor esfuerzo , bailando y sudando al ritmo de Oscar de
León o Mis Nina y su Chico Sonido, todo era crudo, tenso, pesado, sórdido y lleno
de adrenalina, todo era maravilloso, como en el barrio diría el Pitbull, como solo ahi puede ser.
Hemingroove